Lluvia de verano

MARIANA ROBERT ARENAS
2 min readJun 16, 2022

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Y fue entonces que decidiste regresarme la jugada y atraparme en el momento que quizá más lo necesitaba. Las ideas iban y venían. Mas no encontraba el momento “ideal” para empezar y darles vida. ¿De verdad habrá un momento ideal para hacer las cosas? ¿Un momento ideal para conocer a la persona indicada en determinada parte del trayecto? ¿Un lugar idóneo para hacer que las ideas fluyan? Desconozco todas esas respuestas, pero si algo puedo decir en mi aún corta experiencia es que limitarse a dar un sí o no, es cerrarse al poder vivirlo en carne propia.

Tal y como la lluvia empezó a reclamar su pedazo en un día soleado de verano, fue como di a parar a este rincón. El cual, estaba lejos de ser el lugar “ideal”. Y, no dejemos de lado el bajón que dio la temperatura y la falta de prendas contra agua. No tenía intención alguna de batallar con la expresión de mis ideas. Pero dada la ocasión, mis ideas, quizá en conjunto con el subconsciente, aprovecharon para hacerse aún más notorias, haciéndome sentar y darles vida.

Curiosa la forma que toma la temporalidad de las cosas que nos rodean. Algunas tienen un tiempo de expiración más prematuro que otras. En ocasiones, suele haber ciertas señales que nos preparan para lo que sabemos que tarde o temprano iba a pasar. En otras, tiene mayor ímpetu el golpe que puede descarrilarnos, incluso dejarnos un rato inconscientes.

Atravesar por un cambio toma tiempo y conlleva asumir ciertos retos. Estos son los que nos terminan forjando y preparando para lo que ha de venir. Bien dice el dicho, lo que no te mata te hace más fuerte. Y es que bien, todos somos pasajeros y nuestro boleto tiene fecha de expiración. Si bien no impresa o al menos no visible para el ojo humano, es un misterio que le termina dando mayor sabor a las cosas que hacemos, a las etapas que atravesamos, las experiencias que acumulamos y a las personas que conocemos.

Los cambios no siempre son fáciles de digerir. Algunos son más llevaderos que otros. Muchas veces dependerá de factores externos, de los cuales carecemos tener control. Otras, dependerá del entorno que nos rodea y de las personas con las que convivimos día con día. Por ende, hemos de aprender bien la lección para no caer con la misma pierda y aunque esto llegase a suceder que nos sirva para saber como amortiguar la caída. Los cambios por los que atravesamos no son en vano. Estamos destinados a hacer de cada experiencia un recuerdo o aprendizaje que nos acompañe y de cobijo justo en esas tardes lluviosas de verano.

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Written by MARIANA ROBERT ARENAS

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