Y entonces…

MARIANA ROBERT ARENAS
3 min readMay 1, 2020

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Fue entonces que mutó el modo de vida que conocíamos. Al que estábamos acostumbrados que incluso dábamos por sentado.

Pero en sí, ¿qué nos sorprende realmente? Después de todo no es la primera vez que ocurre un cambio “repentino”. Tampoco es como que nadie lo viera venir, o incluso deseado en su inconsciente con tal creatividad que lograse crear escenarios y cuadros en su momento resultándonos tan realistas el día hoy.

¿Será el hecho de doblarnos públicamente ante lo desconocido?

Aceptar abiertamente que hay situaciones que nos sobre pasan.

Atestiguar el dualismo que no sólo rodea nuestras rutinas, pero también nos representa y gobierna.

Duda y razón.

Orden y caos.

Hipocresía y sinceridad

Optimismo y aflicción.

Quizá tenga que ver con aspectos más personales.

Donde se presentó un cambio de planes tras meses si no es que años de preparación y dedicación y ahora se resumen en un amargo suspiro que nos encadena a la idea del “hubiera” como si se pudiesen llevar vidas paralelas.

Donde nos sentimos atrapados en la realidad del ahora y en un intento por cubrirla entre añoranzas e ilusiones, terminamos siendo víctimas de nuestro propio juego lleno de cizaña.

Donde las cosas que hacíamos cobraban sentido propio o al menos así lo interpretábamos.

Entrenar o practicar a diario para ser más fuerte y hábil, así como tener la oportunidad de demostrarlo frente a otros, esperando recibir tanto crítica como aclamación.

Atraer y brindar compañía para recordar que no estamos solos y comprobar que podemos ser de cierta utilidad para otros.

Quizá, esos planes me llevarían a un reencuentro que me brindaría alivio, con algo de suerte mayor dirección a mi camino.

Quizá, convertirme en víctima de mi engaño es lo que me permite recordar lo que tuve que pasar para ser y me deja mantener en perspectiva lo que quiero hacer.

Quizá, el hecho de entrenar y practicar a diario, así como ponerme a prueba eran mi batuta para seguir o ejercer esos cambios “repentinos” que ahora tanto se detestan.

Quizá, esas cosas que hacía a diario y que parecían tener sentido ahora no sólo las cuestiono, pero también me reitero que en realidad su valor era el resultado de una creencia colectiva. A la cual yo sólo sumaba de manera casi superflua.

¿Será el momento idóneo para adoptar los cambios que siempre he deseado en mi vida, tomar las riendas y ganar mis batallas? O, ¿es acaso el peor momento para siquiera pensar en hacer distinto las cosas? Entonces será la monotonía la que se apodere de los días que restan. Porque, vendrán tiempos mejores, es lo que muchos se suelen recordar. Vaya truco para este juego de azar.

Hoy para algunos el mundo se ha quedado en pausa, mientras que para otros está viajando de manera hipersónica.

Hoy para algunos es momento de reflexión, para otros de ignorancia si no es que de desesperación o incluso para guardar cierta esperanza.

Hoy pareciera que es necesario replantear las cosas que se daban por sentado, modificar los planes previamente elaborados, adaptarse a la realidad y reconstruir aquel sentido que se solía interpretar.

Y entonces… fue entonces que recordamos cuán importante es poder respirar.

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MARIANA ROBERT ARENAS
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Written by MARIANA ROBERT ARENAS

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